A mis colegas del Rock & Roll
A propósito de la trágica muerte a tiros del adolescente desarmado Travon Martin y la absolución de su asesino Zimmenman, Stevie Wonder en unas recientes declaraciones hechas en uno de sus conciertos anunció que no actuará en el Estado de Florida hasta que ese estado derogue su ley de “Defensa propia”. En realidad, ha declarado un boicot por motivos de conciencia. Aplaudo su postura y estoy con él, ya que me ha traído a colación una propuesta que hice en una carta que escribí el pasado 14 de febrero en la que hacía referencia a esto mismo, pero que nunca se publicó.
Ha llegado el momento de hacerlo, así que aquí está.
Esta carta ha estado gestándose a fuego lento durante un tiempo en un segundo plano de mi conciencia y conocimiento.
Hace ya siete años que me adherí al BDS (Boicot Desinversiones y Sanciones), movimiento no violento que se opone a la ocupación de Cisjordania por parte de Israel y a las violaciones del derecho internacional y en defensa de los derechos humanos de los palestinos. El objetivo es llamar la atención internacional de estas políticas israelíes, con la esperanza de que sirvan para poner fin a las mismas. Todas las personas de la región se merecen algo mejor que esto.
Para ir al grano, Israel ha sido declarado indistintamente tanto por organizaciones de derechos humanos como por altos representantes de Naciones Unidas, así como el Tribunal Internacional de Justicia, culpable de graves violaciones del derecho internacional. Entre las que se incluyen sólo citaré dos:
El crimen de Apartheid: La opresión sistemática de un grupo étnico sobre otro. Por ejemplo, el 9 de marzo de 2012 el Comité de Naciones Unidas para la eliminación de la discriminación racial exigió a Israel que pusiera fin a sus políticas racistas y leyes que infringían la prohibición contra la segregación racial y apartheid.
El crimen de limpieza étnica: La expulsión forzada de población autóctona de su legítima tierra para colonizarla con población ocupante. Por ejemplo, en Jerusalén Este familias no judías son física y sistemáticamente desalojadas de sus casa para dar cabida a los judíos ocupantes.
Hay otras más.
Dada la incapacidad o falta de voluntad de nuestros gobiernos, o del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para presionar y hacer que Israel ponga fin a estas violaciones y lleve a cabo una reparación a las víctimas, ésta recae sobre la sociedad civil y la conciencia de los ciudadanos del mundo, para limpiar nuestras conciencias, asumir nuestras responsabilidades y actuar. Os escribo ahora, hermanos y hermanas de la familia del rock & roll, para pediros que os unáis a mí, y a miles de otros artistas alrededor del mundo para declarar un boicot cultural a Israel, para arrojar luz sobre estos problemas y también apoyar a todos nuestros hermanos y hermanas en Palestina e Israel, quienes luchan para poner fin a todas las formas de opresión israelí y desean vivir en paz, justicia, igualdad y libertad.
Me dirijo ahora a todos vosotros con motivo de dos hechos recientes:
Stevie Wonder La primera semana de diciembre 2012 que Stevie Wonder había sido invitado a encabezar una cena de gala para los Amigos de las Fuerzas de Defensa de Israel en Los Angeles el día 6 de ese mes. Un acto para recaudar dinero para las fuerzas armadas israelíes, ¿como si los 4.300 millones de dólares que nosotros, los contribuyentes de Estados Unidos, les damos cada año no fueran suficientes? Este acto se celebró justo después de que las fuerzas israelíes hubieran concluido otro ataque sobre Gaza (operación Pilar Defensivo), cometiendo, conforme al observatorio de Derechos Humanos, crímenes de guerra contra la sitiada población de 1,6 millones de palestinos que viven allí.
De cualquier manera, escribí a Stevie para persuadirle de que cancelara su actuación. Mi carta se desgrana a lo largo de estas líneas: “¿Te hubieras sentido bien actuando en la fiesta de la policía en Johanesburgo la noche posterior a la masacre de Sharpeville en 1960, o en la de Birmingham – Alabama, para recaudar dinero para el cuerpo de policía que apaleó, lanzó gas lacrimógeno y chorros de agua a aquellos chicos que pretendían la integración en 1963?”
El arzobispo Desmond Tutu también escribió una apasionada petición a Stevie y otras 3.000 personas se adhirieron a una petición a través del portal change.org para que Stevie, para su mayor mérito, cancelara.
A comienzos de aquella semana pronuncié un discurso en Naciones Unidas. Si estáis interesados pueden encontrar este discurso en YouTube.
Lo interesante de estas dos historias es que no hubo NI UNA SOLA mención de ninguna de ellas en los principales medios de comunicación de Estados Unidos.
La conclusión directa sería que esos medios en Estados Unidos no están interesados en lo que afecta a la población palestina, o para el caso, de la situación de la población israelí. Sólo podemos esperar que puedan llegar a interesarles como finalmente lo hicieron las políticas de Apartheid en Sudáfrica.
En los tiempos del Apartheid en Sudáfrica al principio era un goteo de artistas que rechazaban actuar allí, un goteo, que ejerció un boicot cultural que después se convirtió en un arroyo, más tarde en un río, pasando a torrente, para terminar en inundación, (¿Recordáis Stevie van Zant, Bruce y todos los demás? ¿El “no actuaremos en Sun City”?) ¿Por qué? Porque ellos entendieron, como lo entienden Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de Justicia, que el Apartheid es injusto.
La comunidad deportiva ganó la batalla, ningún equipo de cricket o rugby iría a jugar a Sudáfrica, y finalmente se sumó también la comunidad política. Todos, las comunidades musical, deportiva y política a escala global, alzamos nuestras voces al unísono y el régimen de Apartheid en Sudáfrica cayó.
Puede ser que ahora estemos en el punto de inflexión con Israel y Palestina. Hay buena gente en ambos lugares y merecen una solución justa a su situación. Todos y cada uno de ellos merecen libertad, justicia e igualdad de derechos. Recientemente el ANC (African National Congress), partido gobernante en Sudáfrica, se ha adherido al BDS. Estamos cerca. Por favor, únete conmigo y todos los hermanos y hermanas de la sociedad civil en proclamar nuestro rechazo al Apartheid en Israel y la Palestina ocupada; comprometiéndonos a no actuar, o exponer en Israel, ni aceptar premios o financiación de ninguna institución asociada al gobierno de Israel, hasta el momento en que Israel cumpla con el derecho internacional y los principios universales de los derechos humanos.
Fuente: Nota de Roger Waters en su página de Facebook. Traducción: Juan Pablo Crespo.
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