por Periodismo365
Noticiario Crítico de Carlos Estrada.* - NOTA DE ARCHIVO - OPINIÓN
INTRODUCCIÓN: en Argentina las JINETEADAS PÚBLICAS se realizan de manera permanente ramificadas en todo el país, arruinando y matando más animales que las corridas de toros españolas y las que se harían en Colombia.
Las jineteadas son negocios de crueldad que cuentan con respaldo oficial, transmitidos semanalmente como burla a los derechos de los animales desde emisoras de televisión vinculadas a autoridades de turno, es decir, promoción a impunes violaciones de la Ley Nacional N°14.346 de Actos de Crueldad contra los Animales, sumando Apología del Delito (por micrófono elogian a gritos los golpes que reciben los caballos), figura jurídica contemplada en el Código Penal de la Nación que también se vulnera con descaro.
Más allá de lo que se observa a la luz, en trastienda se jugarían grandes intereses económicos con hilos aparentemente manejados por personajes "influyentes" y grupos de intocables empresarios. Entre el 6 y el 15 de enero de 2012 tuvo lugar la 47ª. edición del Festival Nacional de Doma y el Folklore en Jesús María, provincia de Córdoba, espectáculo que todos los años es éxito de público por la llegada de turistas a la zona. Decenas de miles de personas se dan cita las diez noches de jineteadas en el anfiteatro "José Hernández". El escenario no tiene nada de "criollo" o "gaucho", además músicos y cantores están muy mezclados; seguramente los invitados (artistas contratados) llegan por amiguismos o afinidad con autoridades políticas de turno.
Llamar "doma" a crueles jineteadas es incorrecto, la doma es lento amanse con paciencia y cariño, mientras este evento negocia con la exhibición de animales de carácter arruinado -preparados mediante despiadados métodos-, sumado a golpes de los peones antes de las largadas, apretones de orejas, capataces de campo que les doblan las colas hacia arriba para que no se muevan ni se tiren al piso, los "acomodan" mediante violentos empujones con caballos entrenados para dar pechazos.
SÉ QUE SON FORMAS DE MANTENER QUIETOS Y BIEN PARADOS A LOS RESERVADOS CUANDO DEBEN SALIR A LA PISTA, pero las patadas en los cuartos traseros y golpes en el hocico que aplican impunemente en los palenques son actos de cobardía, de gente insensible y sin preparación ¿quién controla que no haya alcohol en sangre en jinetes, palenqueros, apadrinadores, capataces de campo, integrantes del jurado, ayudantes, etc.? No quiero extenderme en este asunto porque lo he investigado de cerca durante décadas en la provincia de Córdoba y Buenos Aires; es más, cuando cubren los ojos de animales nerviosos no siempre lo hacen bien y los reservados miran con comodidad hacia los lados, en ciertos casos salen a corcovear llevando unos metros esos "trapos" y no tendría que ser así, luego viene el castigo de los jinetes.
Animales sacrificados por veterinarios al volcar un camión jaula en 2013.