Monsanto inventó el herbicida llamado glifosato y en 1974, después de la prohibición del DDT, lo puso en el mercado con el nombre comercial de Roundup. Pero no fue hasta la segunda mitad de los noventa que se generalizó el uso de Roundup, gracias a la ingeniosa estrategia de ventas de Monsanto. ¿Cómo es la estrategia? Modificar genéticamente las semillas utilizadas en cultivos para que sean capaces de tolerar altas dosis de Roundup.
En los cerca de 20 años de intensificada exposición a este herbicida, los científicos han estado documentando las consecuencias en la salud derivadas del uso de Roundup y glifosato en lo que comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos y los lugares donde juegan nuestros hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario