Por el calor y la pirotecnia, murió el único oso polar del zoológico porteño.
Jueves 27 de diciembre de 2012
Por Angeles Castro | LA NACION
Gran indignación, junto con un reclamo masivo en contra de los zoológicos y de la pirotecnia, provocó ayer la noticia del fallecimiento de Winner, el oso polar del zoo de Buenos Aires, durante la madrugada de Navidad. La causa de la muerte del ejemplar habría sido una hipertermia causada por el calor extremo registrado el día anterior y el estrés provocado al animal por los fuegos artificiales lanzados en los alrededores durante la Nochebuena.
"Lamentablemente, los inusuales picos de temperatura, combinados con la pirotecnia del 24 a la noche y el temperamento nervioso del oso, dificultaron su normal termorregulación, llevando a la muerte del mismo. El diagnóstico presuntivo como resulta de la necropsia es muerte por hipertermia. La hipertermia tiene un contenido ambiental y otro individual asociado al temperamento del individuo", informó el Zoo de Buenos Aires en su página de Facebook .
"Lamentablemente, los inusuales picos de temperatura, combinados con la pirotecnia del 24 a la noche y el temperamento nervioso del oso, dificultaron su normal termorregulación, llevando a la muerte del mismo. El diagnóstico presuntivo como resulta de la necropsia es muerte por hipertermia. La hipertermia tiene un contenido ambiental y otro individual asociado al temperamento del individuo", informó el Zoo de Buenos Aires en su página de Facebook .
Según pudo saber LA NACION, durante la guardia veterinaria montada en el predio durante las Fiestas, Winner había sido revisado poco antes de la medianoche y no mostraba signos de alteración. No obstante, en la siguiente inspección, alrededor de la una, fue hallado muerto por los cuidadores.
Miguel Rivolta, director de Bienestar Animal del Zoo, recordó que en el cuadro de hipertermia concluyen factores ambientales, pero también emocionales. En ese sentido, admitió que Winner había empezado a manifestar problemas de conducta a mediados de año, cuando falleció su compañera hembra. El macho, de 16 años y residente del Zoo desde hace cuatro, caminaba reiteradamente hacia atrás, un tic que preocupó a las autoridades del Zoo, aunque lograron revertirlo con cuidados especiales.
La depresión por la soledad, el temperamento habitualmente inquieto del animal, el calor agobiante y la detonación de pirotecnia por parte de los vecinos de Palermo fueron un cóctel estresante que impidió al animal cautivo estabilizar su temperatura y le provocó la muerte, en un hábitat muy diferente a su entorno natural.
El deceso provocó una ola de cuestionamientos a los concesionarios del Zoológico de Buenos Aires, a quienes recientemente el gobierno porteño les renovó el contrato por subasta pública.
Defensores de los animales y particulares que cuestionan el encierro de especies salvajes con fines económicos y recreativos para los humanos comenzaron a juntar firmas para el cierre del establecimiento ( http://www.change.org/petitions/cierre-del-zoo-de-buenos-aires-eduquemos-en-la-libertad-y-el-respeto-a-toda-forma-de-vida ).
Si bien hace tiempo se realizan campañas en contra del uso de pirotecnia, por el riesgo tanto para los humanos que la manipulan como por su impacto negativo en los animales, la muerte de Winner también despertó ayer un amplio rechazo a la detonación de bombas de artificio.
"¿Tiraste pirotecnia en Navidad? ¡Bravo! ¡Mataste a Winner!", era la acusación que se multiplicaba ayer por Twitter y las redes sociales.
Voceros del Zoo de Buenos Aires sostuvieron que, durante los días previos, habían solicitado a los residentes del barrio que atenuaran el uso de fuegos artificiales. El pedido, evidentemente, no fue escuchado.
Mientras tanto, sigue paralizado en la Legislatura porteña un proyecto de la diputada Marta Varela (Pro) para prohibir la pirotecnia en la Capital.
Miguel Rivolta, director de Bienestar Animal del Zoo, recordó que en el cuadro de hipertermia concluyen factores ambientales, pero también emocionales. En ese sentido, admitió que Winner había empezado a manifestar problemas de conducta a mediados de año, cuando falleció su compañera hembra. El macho, de 16 años y residente del Zoo desde hace cuatro, caminaba reiteradamente hacia atrás, un tic que preocupó a las autoridades del Zoo, aunque lograron revertirlo con cuidados especiales.
La depresión por la soledad, el temperamento habitualmente inquieto del animal, el calor agobiante y la detonación de pirotecnia por parte de los vecinos de Palermo fueron un cóctel estresante que impidió al animal cautivo estabilizar su temperatura y le provocó la muerte, en un hábitat muy diferente a su entorno natural.
El deceso provocó una ola de cuestionamientos a los concesionarios del Zoológico de Buenos Aires, a quienes recientemente el gobierno porteño les renovó el contrato por subasta pública.
Defensores de los animales y particulares que cuestionan el encierro de especies salvajes con fines económicos y recreativos para los humanos comenzaron a juntar firmas para el cierre del establecimiento ( http://www.change.org/petitions/cierre-del-zoo-de-buenos-aires-eduquemos-en-la-libertad-y-el-respeto-a-toda-forma-de-vida ).
Si bien hace tiempo se realizan campañas en contra del uso de pirotecnia, por el riesgo tanto para los humanos que la manipulan como por su impacto negativo en los animales, la muerte de Winner también despertó ayer un amplio rechazo a la detonación de bombas de artificio.
"¿Tiraste pirotecnia en Navidad? ¡Bravo! ¡Mataste a Winner!", era la acusación que se multiplicaba ayer por Twitter y las redes sociales.
Voceros del Zoo de Buenos Aires sostuvieron que, durante los días previos, habían solicitado a los residentes del barrio que atenuaran el uso de fuegos artificiales. El pedido, evidentemente, no fue escuchado.
Mientras tanto, sigue paralizado en la Legislatura porteña un proyecto de la diputada Marta Varela (Pro) para prohibir la pirotecnia en la Capital.
Fuente: La Naciòn
*****
*****