domingo, 10 de enero de 2010

Dra. Leda Gianuzzi. Los pobres no beben, o beben mierda

Argentina -Por Leda Gianuzzi, Dra. En Ciencias Químicas. Investigadora de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). “La gente necesita científicos que estén cerca, que peleen y que levanten una voz”. Entre la vida y el olvido, poblaciones del Chaco y de Santiago del Estero soportan una sequía interminable, agravada por la contaminación natural y antropogénica de sus escasas fuentes de agua. La escasez de agua en la zona del chaco santiagueño, en Argentina, se ha agravado notoriamente en lo últimos años. De los 800 milímetros de lluvias anuales, ahora solo 200 condicionan su vida y su paisaje. Las aguas subterráneas presentan problemas relacionados con una alta salinidad, dureza y la presencia de elementos como el arsénico y flúor, que dificultan su aprovechamiento como potable y su utilización en riego. Este problema adquiere una gran relevancia en áreas rurales, donde la población sólo dispone de pozos, de balde o molinos. Roque Sáenz Peña, Las Breñas, Charata, Quitilipi, Quimili, Los Juries y otras ciudades históricamente muy pobladas del chaco santiagueño, sufren una agonía silenciosa que el hombre empeoró con el desmonte y los devastadores efectos producidos por el calentamiento global. La destrucción de los bosques nativos y la extensión de las barreras agropecuarias modificaron las superficies de los terrenos facilitando el escurrimiento de las aguas, disminuyendo la absorción y conservación del recurso. “En el barrio Matadero hay tres tanques de 10.000 litros. Niños, mujeres y hombres hacen colas interminables para llenar unos bidones de origen difuso, siendo muchos de ellos contenedores de pesticidas como el glifosato.También no faltan los que lucran con la sed, el camión que distribuye el agua cobra 50 pesos los 5.000 litros”.
Fuente: bahianoticias.com

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